Enseñar Teatro
El teatro es el arte de crear signos, todo el espacio teatral se configura a través de signos convertidos en gestos, en imágenes, en palabras, en cuerpo, y por lo tanto dota al espectador de un universo perceptivo, sensorial e intelectual que le permite percibir, analizar y pensar al hombre y a su sociedad desde distintos puntos de vista.

La enseñanza del arte teatral desarrolla aspectos de la personalidad que mayormente no se tratan directamente en otras experiencias artísticas: contribuye a la formación de actitudes de respeto y solidaridad y a la modificación de hábitos de trabajo en un ámbito donde se privilegia la elaboración compartida y el compromiso grupal. Teniendo en cuenta estas posibilidades se destaca al teatro como una puerta de acceso a formas no tradicionales de construcción del conocimiento social. En un mundo cada vez más mediatizado, donde prima la inmediatez de la imagen, el teatro sigue siendo ese espacio de encuentro, un arte vivo y único, un acontecimiento, como afirma el maestro Jorge Dubatti.
Con la enseñanza del teatro se pretende desarrollar las habilidades del pensamiento artístico: la sensibilidad, la percepción y la creatividad. A través de conocer los distintos procesos de creación de un montaje escénico, de la necesidad del ser humano por interpretar la realidad a través de historias y personajes, y de la capacidad de transformar un espacio vacío en un paisaje ficticio, el estudiante da rienda suelta a la imaginación y se adentra en la magia de la creación dramática.
Al considerar alternativas metodológicas apropiadas para la enseñanza del teatro surge rápidamente la vinculación con las posibilidades que brinda el juego. Ello se debe a que las actividades lúdico-dramáticas contienen en germen los elementos componentes de la representación teatral y gozan de cualidades altamente estimadas para favorecer el desarrollo.
Se busca que los estudiantes aprendan sobre el lenguaje teatral haciéndolo. Para ello, es fundamental, no proponerse la mera transmisión de técnicas, o la formación de "un artista", sino, más bien, incentivar y ayudar al desarrollo de las potencialidades de cada uno de ellos.
En otras palabras, la intención es acercarle al estudiante diferentes elementos para reconocer el hecho teatral como "objeto artístico", y que así, pueda ser protagonistas y viva la experiencia de forma significativa, que el teatro se transforme en un modo de representar su realidad. Aportando una nueva dimensión de encuentro y de comunicación que lo fortalezca y lo ayude a desarrollarse en su "ser social".
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